El Espectador.com 21/04/2007
El gobierno ruso acaba de perder un caso sin precedente para ellos. Ese país se negó a reconocer a la cienciología como religión, hecho que le costó una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, quien lo obligó a avalarla como tal y a pagarle a dicha iglesia 25.000 euros por daños morales y gastos judiciales.
El caso despertó polémica en Europa, toda vez que en varios países dicho movimiento se ha encontrado con el respaldo de la ley, pero en otros se ha enfrentado a obstáculos de los que siempre ha salido bien librado.
En Inglaterra, por ejemplo, la comisión encargada de obras de caridad denegó en principio llamar a la cienciología religión, porque “no promovía el bienestar moral y espiritual de la gente”, mientras que en Francia, la justicia fue más allá.
En 1999, un tribunal condenó a un ex integrante de dicho grupo a seis meses de prisión por haber engañado a varias personas con métodos “espirituales” para curar la tensión nerviosa.
Sin embargo, los países que se han opuesto a esta nueva religión se han encontrado con que su propia Carta Magna los avala a través de artículos relacionados con la libertad de reunión y asociación.
Y es que la cienciología cada vez cobra más adeptos y Colombia no es la excepción.
En el país, dicho movimiento crece con el correr de los años y hoy, a pesar de funcionar como religión, consagrar bautismos y matrimonios, entre otras actividades, legalmente es un organismo sin ánimo de lucro al que sólo le resta registrarse ante el Ministerio del Interior para quedar oficialmente constituida como tal.
De acuerdo con Ana Elena Alfonso, portavoz de la iglesia de la cienciología en Colombia, “se trata de una religión en el sentido más tradicional porque se ocupa de la rehabilitación plena del ser espiritual del hombre, sus capacidades y la certeza de su propia inmortalidad y su relación con lo divino”.
Con presencia en Colombia desde 1976, la cienciología cuenta con cerca de 40.000 seguidores y hace presencia en Bogotá, Cali, Medellín, Buga, Popayán, Cúcuta, Leticia y Santa Marta.
Según su portavoz, es un movimiento religioso al que cada día adhieren más personas, porque contiene una metodología para lograr el mejoramiento espiritual del ser humano denominado dianética.
“Cienciología tiene en común con muchas de las religiones más antiguas del mundo la creencia de que al hombre se le puso aquí para encontrar su propia salvación, y que sólo haciéndolo puede comprender completamente su relación con Dios, el creador. Lo nuevo de cienciología es que contiene una tecnología para lograr el mejoramiento espiritual para todo individuo”, afirma Ana Elena Alfonso.
Ahora bien, si alguien se interesa en hacer parte de la iglesia de la cienciología, debe llenar un test de personalidad conocido como el Test de Oxford. Tras diligenciarlo, los denominados ministros de dicha iglesia le sugieren la asistencia a talleres o conferencias, o la adquisición de videos, libros o material con charlas y escritos del filósofo y humanista americano L. Ronald Hubbard, fundador de la cienciología.
Su portavoz explica por qué algunas de estas charlas acarrean costos económicos. “En la iglesia de cienciología los feligreses efectúan donativos para la Auditación o el Entrenamiento que deseen recibir. Dichas contribuciones por parte de los cienciólogos son la principal fuente de soporte económico para la iglesia y financian todas las actividades religiosas y de reforma social emprendidas por ésta. Los cienciólogos no están obligados a pagar diezmos ni a efectuar otro tipo de donativos”.
Al modo de ver de dicha iglesia, el sistema de donativos es el más equitativo teniendo en cuenta que se está haciendo uso de un servicio. Así, por ejemplo, si alguien desea someterse al proceso de Auditación, es decir, a recibir consejos de un cienciólogo, o al proceso de Entrenamiento, que consiste en un estudio intensivo de los principios de la religión, debe pagar por ello.
“No se espera donativo alguno por parte de los miembros que están en la iglesia para escuchar cintas con las conferencias de L. Ronald Hubbard, la lectura en la biblioteca de la iglesia, encuentros con otros feligreses, asesoramiento por parte del capellán o asistencia a los servicios dominicales, sermones, bodas y funerales”, agrega Ana Elena Alfonso.
Sus reconocimientos La cienciología en Colombia es considerada una asociación sin ánimo de lucro con fines religiosos, la cual no ha tenido problemas en su gestión en el país debido a la Constitución, que aprueba el derecho a la libertad religiosa y de cultos.
Es por ello que sus gestores se sienten tranquilos a pesar de no contar con el aval del Ministerio del Interior, labor que según su portavoz, se está tramitando ante esa cartera.
Mientras tanto, los cienciólgos adelantan múltiples campañas a favor del fortalecimiento de los derechos humanos, de la rehabilitación de criminales y personas drogadictas, campañas que han obtenido reconocimientos por parte de las autoridades del lugar donde las llevan a cabo.
Una de ella es Narconon, un programa cuyo fin es afrontar el problema de las drogas y el alcohol, que se basa en el uso de suplementos vitamínicos y minerales, junto con técnicas para aliviar los síntomas mentales y físicos de la abstinencia. Éstos permiten, según los cienciólogos, que la persona se recupere más rápido.
También cuentan con el programa Criminon, que ayuda a personas que han asesinado y que se rehabilitan a través de la técnica de la dianética.
Aparte de éstos, uno de sus programas más importantes es el de los Ministros Voluntarios, que son personas especializadas en responder a situaciones de emergencia.
“Se han convertido en una gran fuerza de respuesta al desastre. Desde el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York (Estados Unidos), nuestra filas se han reduplicado. Existen 60.000 ministros voluntarios”, según Jorge Borda, secretario ejecutivo de público de la cienciología en Colombia.
Finalmente, Ana Elena Alfonso aclaró que se puede ser parte de la cienciología sin renunciar a otras religiones, de tal manera que sus puertas están abiertas a quienes quieran “lograr el mejoramiento espiritual”.
En Inglaterra, por ejemplo, la comisión encargada de obras de caridad denegó en principio llamar a la cienciología religión, porque “no promovía el bienestar moral y espiritual de la gente”, mientras que en Francia, la justicia fue más allá.
En 1999, un tribunal condenó a un ex integrante de dicho grupo a seis meses de prisión por haber engañado a varias personas con métodos “espirituales” para curar la tensión nerviosa.
Sin embargo, los países que se han opuesto a esta nueva religión se han encontrado con que su propia Carta Magna los avala a través de artículos relacionados con la libertad de reunión y asociación.
Y es que la cienciología cada vez cobra más adeptos y Colombia no es la excepción.
En el país, dicho movimiento crece con el correr de los años y hoy, a pesar de funcionar como religión, consagrar bautismos y matrimonios, entre otras actividades, legalmente es un organismo sin ánimo de lucro al que sólo le resta registrarse ante el Ministerio del Interior para quedar oficialmente constituida como tal.
De acuerdo con Ana Elena Alfonso, portavoz de la iglesia de la cienciología en Colombia, “se trata de una religión en el sentido más tradicional porque se ocupa de la rehabilitación plena del ser espiritual del hombre, sus capacidades y la certeza de su propia inmortalidad y su relación con lo divino”.
Con presencia en Colombia desde 1976, la cienciología cuenta con cerca de 40.000 seguidores y hace presencia en Bogotá, Cali, Medellín, Buga, Popayán, Cúcuta, Leticia y Santa Marta.
Según su portavoz, es un movimiento religioso al que cada día adhieren más personas, porque contiene una metodología para lograr el mejoramiento espiritual del ser humano denominado dianética.
“Cienciología tiene en común con muchas de las religiones más antiguas del mundo la creencia de que al hombre se le puso aquí para encontrar su propia salvación, y que sólo haciéndolo puede comprender completamente su relación con Dios, el creador. Lo nuevo de cienciología es que contiene una tecnología para lograr el mejoramiento espiritual para todo individuo”, afirma Ana Elena Alfonso.
Ahora bien, si alguien se interesa en hacer parte de la iglesia de la cienciología, debe llenar un test de personalidad conocido como el Test de Oxford. Tras diligenciarlo, los denominados ministros de dicha iglesia le sugieren la asistencia a talleres o conferencias, o la adquisición de videos, libros o material con charlas y escritos del filósofo y humanista americano L. Ronald Hubbard, fundador de la cienciología.
Su portavoz explica por qué algunas de estas charlas acarrean costos económicos. “En la iglesia de cienciología los feligreses efectúan donativos para la Auditación o el Entrenamiento que deseen recibir. Dichas contribuciones por parte de los cienciólogos son la principal fuente de soporte económico para la iglesia y financian todas las actividades religiosas y de reforma social emprendidas por ésta. Los cienciólogos no están obligados a pagar diezmos ni a efectuar otro tipo de donativos”.
Al modo de ver de dicha iglesia, el sistema de donativos es el más equitativo teniendo en cuenta que se está haciendo uso de un servicio. Así, por ejemplo, si alguien desea someterse al proceso de Auditación, es decir, a recibir consejos de un cienciólogo, o al proceso de Entrenamiento, que consiste en un estudio intensivo de los principios de la religión, debe pagar por ello.
“No se espera donativo alguno por parte de los miembros que están en la iglesia para escuchar cintas con las conferencias de L. Ronald Hubbard, la lectura en la biblioteca de la iglesia, encuentros con otros feligreses, asesoramiento por parte del capellán o asistencia a los servicios dominicales, sermones, bodas y funerales”, agrega Ana Elena Alfonso.
Sus reconocimientos La cienciología en Colombia es considerada una asociación sin ánimo de lucro con fines religiosos, la cual no ha tenido problemas en su gestión en el país debido a la Constitución, que aprueba el derecho a la libertad religiosa y de cultos.
Es por ello que sus gestores se sienten tranquilos a pesar de no contar con el aval del Ministerio del Interior, labor que según su portavoz, se está tramitando ante esa cartera.
Mientras tanto, los cienciólgos adelantan múltiples campañas a favor del fortalecimiento de los derechos humanos, de la rehabilitación de criminales y personas drogadictas, campañas que han obtenido reconocimientos por parte de las autoridades del lugar donde las llevan a cabo.
Una de ella es Narconon, un programa cuyo fin es afrontar el problema de las drogas y el alcohol, que se basa en el uso de suplementos vitamínicos y minerales, junto con técnicas para aliviar los síntomas mentales y físicos de la abstinencia. Éstos permiten, según los cienciólogos, que la persona se recupere más rápido.
También cuentan con el programa Criminon, que ayuda a personas que han asesinado y que se rehabilitan a través de la técnica de la dianética.
Aparte de éstos, uno de sus programas más importantes es el de los Ministros Voluntarios, que son personas especializadas en responder a situaciones de emergencia.
“Se han convertido en una gran fuerza de respuesta al desastre. Desde el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York (Estados Unidos), nuestra filas se han reduplicado. Existen 60.000 ministros voluntarios”, según Jorge Borda, secretario ejecutivo de público de la cienciología en Colombia.
Finalmente, Ana Elena Alfonso aclaró que se puede ser parte de la cienciología sin renunciar a otras religiones, de tal manera que sus puertas están abiertas a quienes quieran “lograr el mejoramiento espiritual”.
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